martes, 1 de marzo de 2016

Caer rendido...




Rebelarse es no aceptar lo impuesto,
es luchar contra lo injusto
querer cambiar el orden de las cosas,
no aceptar tu vida,
querer ser diferente,
desear lo que no tienes,
luchar para conseguirlo.
Rebelarse es agotar las fuerzas,
cansarte de patalear,
desilusionarte,
caerte rendido por un esfuerzo inútil.
Y luego...
Cuando el sufrimiento se cansó de jugar al escondite con la alegría,
cuando el esfuerzo ha sido en vano,
cuando lo impuesto es lo irremediable y tu vida no cambia,
cuando no consigues lo que tanto anhelas.
Porque rebelarse?
Porque no dejarse llevar?
Caerse rendido...
Aflojar las fuerzas...
Y que el sol te derrita,
la lluvia te empape,
la brisa te envuelva con su suave mecer,
el viento y el mar te arrastre a otros lugares,
aquellos en que las tormentas materiales no existan,
aquellos en los que el silencio sea tu compañero,
esos lugares donde no hay guerras ni traiciones,
no hay envidias,
donde el amor no se mide...
no hay rencillas ni vanidades,
no hay luchas ni celos,
donde ya nada te importa,
donde solo hay paz...
Donde la muerte es la vida...
Donde la vida es la muerte...